Las plaga más devastadora de las que asolaron el mundo griego fue la peste de Atenas (428 a.C.), documentada con detalle por Tucídides, aunque hay descripciones más confusas de la Peste de Agrigento (406 a.C.) y Siracusa (396 a.C.) así como de la Peste Julia (180 a.C.) y de la mítica Peste de Egina que Ovidio menciona en sus "Metamorfosis". El imperio romano tampoco se libró de la peste.